Los ministros de Trabajo de la UE se han enfrascado en una negociación de última hora para tratar de sacar adelante la ampliación de la jornada laboral por encima del actual límite de 48 horas semanales, a pesar de que todo apuntaba a que hoy se podría acordar este dossier que lleva atascado desde hace años.
Tras una larga jornada de diálogos, los ministros han prolongado su reunión hasta la noche en busca de una solución aceptable para, al menos, una mayoría de los países.
A media tarde, el ministro español de Trabajo, Celestino Corbacho, daba prácticamente por hecho un compromiso contrario a los intereses españoles, según el cual se elevaría hasta 65 el tope de horas de trabajo semanales. El Gobierno español, que había visto como sus principales aliados en la negociación de la directiva de Tiempo de Trabajo -Italia y Francia- cambiaban de postura, aseguraba que hoy Europa sufriría un "retroceso" en su agenda social con esta medida y confiaba en una modificación durante la tramitación en el Parlamento Europeo.
Sin embargo, las exigencias de varias delegaciones en distintos puntos han complicado la negociación y han llevado a la Presidencia eslovena a organizar una ronda de encuentros bilaterales para tratar de acercar posturas.
La cláusula del 'opt out'
Entre otras reivindicaciones, Francia desea limitar a 60 horas el máximo semanal y que se establezca un compromiso claro para revisar la directiva en los próximos años, según explicaron fuentes diplomáticas.
Otro de los puntos que ha centrado el debate de última hora es el periodo mínimo a partir del cual los contratos deberán respetar la directiva, un aspecto en el que las posturas oscilan entre los cuatro meses de la propuesta de la Presidencia y las cuatro semanas que defienden algunos países.
Lo que parece claro es que los Veintisiete consagrarán de forma definitiva la cláusula del 'opt out' -introducida en su día a petición del Reino Unido como medida temporal- que permite superar la jornada de 48 horas en caso de acuerdo entre el trabajador y el empresario.
Para España, esta propuesta acerca a Europa "más al siglo XIX que al siglo XXI", según ha criticado Corbacho, quien advirtió de que la UE no debe sorprenderse si los ciudadanos se distancian cada vez más de ella a causa de medidas como ésta.
El ministro ha denunciado que, tal y como está planteada la propuesta de la directiva, la negociación entre el trabajador y el empresario sobre la jornada laboral sería individual y "nunca de carácter colectivo". Además, ha llamado la atención sobre la "contradicción" que supone el texto, pues una de sus bases debería ser "garantizar la salud y la calidad de vida de las trabajadoras y los trabajadores".
Guardias y descansos semanales
La UE tiene prisa por aprobar la reforma, dado que en la actualidad muchos Estados miembros incumplen las disposiciones de la normativa, en particular en el sector sanitario.
El Tribunal de Justicia de la UE ha reiterado en distintas sentencias que los periodos inactivos de las guardias deben ser considerados tiempo de trabajo, frente a la posición de la mayoría de países que lo rechaza por el coste que la medida implicaría para los sistemas públicos de Sanidad.
Uno de los principales objetivos de la reforma de la legislación sobre Tiempo de Trabajo es resolver esa cuestión. Sobre este punto ya existe acuerdo en el Consejo, motivo por el que ya no se debate en las reuniones de ministros, aunque no se podrá hacer efectivo hasta la aprobación final de la Directiva, que aún debe pasar por la Eurocámara.
La reforma de la directiva de Tiempo de Trabajo ha sido durante los últimos años uno de los grandes caballos de batalla de los ministros europeos de Empleo, que ya hasta en cinco ocasiones han tratado de forma infructuosa de llegar a un acuerdo sobre el tema.
Tras una larga jornada de diálogos, los ministros han prolongado su reunión hasta la noche en busca de una solución aceptable para, al menos, una mayoría de los países.
A media tarde, el ministro español de Trabajo, Celestino Corbacho, daba prácticamente por hecho un compromiso contrario a los intereses españoles, según el cual se elevaría hasta 65 el tope de horas de trabajo semanales. El Gobierno español, que había visto como sus principales aliados en la negociación de la directiva de Tiempo de Trabajo -Italia y Francia- cambiaban de postura, aseguraba que hoy Europa sufriría un "retroceso" en su agenda social con esta medida y confiaba en una modificación durante la tramitación en el Parlamento Europeo.
Sin embargo, las exigencias de varias delegaciones en distintos puntos han complicado la negociación y han llevado a la Presidencia eslovena a organizar una ronda de encuentros bilaterales para tratar de acercar posturas.
La cláusula del 'opt out'
Entre otras reivindicaciones, Francia desea limitar a 60 horas el máximo semanal y que se establezca un compromiso claro para revisar la directiva en los próximos años, según explicaron fuentes diplomáticas.
Otro de los puntos que ha centrado el debate de última hora es el periodo mínimo a partir del cual los contratos deberán respetar la directiva, un aspecto en el que las posturas oscilan entre los cuatro meses de la propuesta de la Presidencia y las cuatro semanas que defienden algunos países.
Lo que parece claro es que los Veintisiete consagrarán de forma definitiva la cláusula del 'opt out' -introducida en su día a petición del Reino Unido como medida temporal- que permite superar la jornada de 48 horas en caso de acuerdo entre el trabajador y el empresario.
Para España, esta propuesta acerca a Europa "más al siglo XIX que al siglo XXI", según ha criticado Corbacho, quien advirtió de que la UE no debe sorprenderse si los ciudadanos se distancian cada vez más de ella a causa de medidas como ésta.
El ministro ha denunciado que, tal y como está planteada la propuesta de la directiva, la negociación entre el trabajador y el empresario sobre la jornada laboral sería individual y "nunca de carácter colectivo". Además, ha llamado la atención sobre la "contradicción" que supone el texto, pues una de sus bases debería ser "garantizar la salud y la calidad de vida de las trabajadoras y los trabajadores".
Guardias y descansos semanales
La UE tiene prisa por aprobar la reforma, dado que en la actualidad muchos Estados miembros incumplen las disposiciones de la normativa, en particular en el sector sanitario.
El Tribunal de Justicia de la UE ha reiterado en distintas sentencias que los periodos inactivos de las guardias deben ser considerados tiempo de trabajo, frente a la posición de la mayoría de países que lo rechaza por el coste que la medida implicaría para los sistemas públicos de Sanidad.
Uno de los principales objetivos de la reforma de la legislación sobre Tiempo de Trabajo es resolver esa cuestión. Sobre este punto ya existe acuerdo en el Consejo, motivo por el que ya no se debate en las reuniones de ministros, aunque no se podrá hacer efectivo hasta la aprobación final de la Directiva, que aún debe pasar por la Eurocámara.
La reforma de la directiva de Tiempo de Trabajo ha sido durante los últimos años uno de los grandes caballos de batalla de los ministros europeos de Empleo, que ya hasta en cinco ocasiones han tratado de forma infructuosa de llegar a un acuerdo sobre el tema.
Nortecastilla.es-09 de junio de 2008-
Fuente: www.nortecastilla.es
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