La inexperiencia de la madre para cuidarla parece haber sido uno de los motivos.
Pese a los esfuerzos de veterinarios y cuidadores para evitarlo y a la vigilancia constante de madre e hijo, la beluga nacida el pasado dia 2 de noviembre y por primera vez en un Centro Zoológico Europeo murió el lunes.
La pequeña beluga no llegó a mamar de su madre y tenía muy bajas las defensas. En las últimas horas se detectó un brusco desequilibrio en la ballena, consecuencia de la muy difícil adaptación de la joven beluga a una alimentación artificial, a la que se tuvo que recurrir dada la inexperiencia de la madre "Yulka", y a las dificultades motoras que presentaba la cría, que nunca llegó a alimentarse directamente de su madre.
La ausencia de lactación directa ha impedido un desarrollo adecuado y ha favorecido la aparición de enfermedades infecciosas y metabólicas.
En cualquier caso, desde el momento en que se certificó la gestación, ya se conocía que las probabilidades de supervivencia del pequeño eran muy bajas. En medio natural y entre crías de hembras primerizas, como "Yulka", la mortandad de los recién nacidos llega a un 58% en los primeros meses de vida.
En estos momentos, y para intentar compensar la pérdida del pequeño, los cuidadores de la madre han comenzado a desarrollar mayor actividad con "Yulka". Durante algunos días se atenderá a su comportamiento y se procederá a unirla de nuevo con "Kairo", el macho que la acompaña en la instalación.
Pese a los esfuerzos de veterinarios y cuidadores para evitarlo y a la vigilancia constante de madre e hijo, la beluga nacida el pasado dia 2 de noviembre y por primera vez en un Centro Zoológico Europeo murió el lunes.
La pequeña beluga no llegó a mamar de su madre y tenía muy bajas las defensas. En las últimas horas se detectó un brusco desequilibrio en la ballena, consecuencia de la muy difícil adaptación de la joven beluga a una alimentación artificial, a la que se tuvo que recurrir dada la inexperiencia de la madre "Yulka", y a las dificultades motoras que presentaba la cría, que nunca llegó a alimentarse directamente de su madre.
La ausencia de lactación directa ha impedido un desarrollo adecuado y ha favorecido la aparición de enfermedades infecciosas y metabólicas.
En cualquier caso, desde el momento en que se certificó la gestación, ya se conocía que las probabilidades de supervivencia del pequeño eran muy bajas. En medio natural y entre crías de hembras primerizas, como "Yulka", la mortandad de los recién nacidos llega a un 58% en los primeros meses de vida.
En estos momentos, y para intentar compensar la pérdida del pequeño, los cuidadores de la madre han comenzado a desarrollar mayor actividad con "Yulka". Durante algunos días se atenderá a su comportamiento y se procederá a unirla de nuevo con "Kairo", el macho que la acompaña en la instalación.
20minutos.es-27 de noviembre de 2006-
Fuente: www.20minutos.es
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